La temporada reproductiva de las serpientes es muy interesante y contiene varias etapas que varían de acuerdo al tipo de ofidio y a la región donde habita.
Realizan una selección sexual que incluye procesos y tácticas para localizar a un compañero disponible, y posteriormente llega el desarrollo y nacimiento de las crías, suceso que difiere con el tipo de especie.
Esta selección sexual depende mucho de los factores ambientales, pues en las temporadas más favorecedoras en cuanto a abundancia de alimento, es cuando se llevan a cabo más muestras se selección de pareja. Ellos se basan en los elementos químicos del aire para localizar a las hembras.
Los machos se basan en los elementos químicos del aire para localizar a las hembras.
En la naturaleza es común escuchar y leer sobre enfrentamientos entre machos del mismo género para tener el derecho a aparearse, y tal acto también incluye a las serpientes. Ellos entrelazan su cuerpo y forcejean hasta que uno somete al otro. La posición de ambos oponentes se confunde con el apareamiento.
Una vez que se logra definir al ganador, este procede a entablar contacto físico con la hembra. Los hemipenes se enganchan o sujetan a las paredes de la cloaca de la hembra asegurando la fertilización.
Buenas madres. Las hembras de las pitones no descuidan sus huevos más que para beber agua o tomar el sol.
La mayoría de las serpientes abandonan sus huevos después de colocarlos, pero algunas como la cobra real (Ophiophagus hannah), la cobra india (Naja naja), la culebra de collar (Natrix natrix) y varios tipos de pitón rodean sus huevos para protegerlos de los depredadores. Las madres llegan a ser muy agresivas durante esta temporada, lanzando mordidas ante la menor provocación. Las hembras de las pitones no descuidan sus huevos más que para beber agua o tomar el sol, y se ha observado que producen calor corporal para incubar los huevos.
No todas las especies de serpiente son ovíparas; algunas de ellas son ovovivíparas, lo que significa que retienen los huevos dentro del cuerpo hasta que el embrión está desarrollado en su totalidad. La eclosión puede darse a los pocos minutos después de la puesta, o bien, se realiza internamente antes de que los huevos sean expulsados, naciendo crías vivas envueltas por una membrana gelatinosa.
Los huevos de cualquier especie de serpiente necesitan de temperaturas cálidas para asegurar el éxito en la eclosión, pues de lo contrario no logran sobrevivir. Es por ello que cuando una persona elige tener a un ofidio como mascota, es necesario que tenga un conocimiento sobre los grados de temperatura que necesitan tener en su espacio asignado.
Desde que nacen se puede ver que exhiben su lengua bífida para detectar partículas en el aire y enseguida emplean leves enfrentamientos entre compañeros del mismo nido. Su condición depredadora y defensiva es totalmente proveniente desde que abandonan el cascarón o el cuerpo de su madre.
Son depredadoras desde que abandonan el cascarón o el cuerpo de su madre.
A diferencia de otros miembros del reino animal, las serpientes no son madres protectoras que supervisen a sus crías (una vez nacidas) o se encarguen de enseñarles técnicas de caza. Tampoco veremos a las pequeñas acompañar a su madre durante su cacería o que se suban a lo largo de su cuerpo durante los viajes. Son completamente independientes desde que conocen el mundo exterior y todo lo que realizan es guiado por el instinto natural.
Serpientes marinas
Se desconocen a fondo muchos detalles sobre la reproducción de las serpientes marinas, pero se sabe que ellas necesitan aguas cálidas para reproducirse. Casi todos los géneros son ovovivíparos, excepto los del género Laticauda quienes son ovíparos.
En cautiverio se han observado algunos aspectos, como el nacimiento entre dos y seis crías que miden aproximadamente 2.50 cm de largo. Nacen con una sustancia grasosa que envuelve el cuerpo y de la cual se alimentan el primer día de vida.