Eunectes murinus
Gracias a las películas de ciencia ficción la anaconda ya es sinónimo de miedo. Podemos pensar que encontrarnos con una de ellas sería nuestra muerte casi segura si es que no nos escondemos, corremos o pedimos auxilio. No hay que creer todo lo que vemos en la televisión porque esto no es así.
Sin duda son unos reptiles extraordinariamente fuertes que podrían matar a un ser humano fácilmente, pero esto no significa que anden en busca de personas para comer. Como cualquier especie salvaje, solo actúan por instinto para sobrevivir.
Anatomía
Sin duda, son serpientes enormes y muy intimidantes. Pertenecen a la familia de las boas y están a la par de ser las más grandes del mundo junto con la pitón reticulada (Python reticulatus), quien solo llega a superarla en centímetros, pero muy raramente en kilos.
Su peso es variable, pero se estima que se encuentra alrededor de los 220 kg.
Su longitud puede llegar a superar los 6 metros de largo, pero lo más común es encontrar a ejemplares entre 4 y 5 metros. Las hembras son más grandes que los machos, quienes muestran en algunos casos tan solo tres metros de largo.
El peso de las anacondas es variable, pero se estima que se encuentra alrededor de los 220 kg. Para cargar a una sola anaconda se necesitan mínimo cinco personas.
Sus ojos y orificios nasales están ubicados en la parte superior de la cabeza, lo que les facilita nadar mientras vigilan su entorno exterior con discreción.
Hábitat y distribución
Las anacondas son nativas de las selvas tropicales, pantanos y humedales de América del sur. Es muy común observarlas en la cuenca del río Orinoco y en la cuenca del río Amazonas. En Ecuador, Bolivia y Perú también se extiende su distribución. Pequeñas poblaciones se han introducido en otras regiones, como por ejemplo en Florida, Estados Unidos.
En tierra se desplazan de una manera un poco complicada, pues su tamaño y peso hace que tengan que esforzarse mucho más. En cambio, en medios acuáticos lo hacen de manera fluida y sigilosa.
Alimentación
Su medio natural les provee múltiples opciones de alimento. Entre su dieta están los capibaras, tortugas, aves, pájaros, ciervos pequeños o hasta medianos, e incluso tienen la capacidad de vencer caimanes. Sujetan y envuelven a la presa con rapidez y su fuerza constrictora se encarga de asfixiarlas y romper huesos de diferentes partes de su cuerpo.
Engullen a su presa lentamente, lo que puede llevarles un par de horas.
No mastican, sino que engullen a su presa lentamente, lo que puede llevarles un par de horas, sobre todo si se trata de víctimas grandes como caimanes o ciervos. Es impresionante la manera en la que abren sus mandíbulas. Cuando terminan de ingerir todo el cuerpo, están vulnerables a otros depredadores, pues permanecen sin moverse hasta completar su digestión.
Su habilidad en el agua les otorga una gran ventaja sobre otros animales, es por ello que para aniquilar mejor a su presa, la llevan hacia los cuerpos de agua.
Reproducción
Los apareamientos duran varias semanas y las hembras se aparean varias veces con los machos disponibles. Ellos compiten entre sí para determinar al que tendrá derecho a la cópula enrollando a la hembra en busca de su cloaca. Estos eventos se llevan a cabo principalmente durante las temporadas secas entre marzo y mayo.
Las crías miden alrededor de 75 cm de longitud.
Las camadas contienen de 24 a 40 crías y después de ello las hembras pueden quedar a la mitad de su peso. Los recién nacidos son muy pequeños comparado con el resultado de su tamaño en la etapa adulta, pues miden alrededor de 75 cm de longitud y son fáciles presas de otros depredadores.
Alcanzan la madurez sexual a los 3 o 4 años de edad y su expectativa de vida en su medio natural es de diez años aproximadamente.
Amenazas
Las crías son las más vulnerables a la depredación de caimanes y jaguares, pero desde pequeñas son capaces de defenderse con mordidas. Algunas hembras adultas realizan actos de canibalismo hacia los machos, mientras ellas son las que menos riesgo tienen de sufrir depredación por su tamaño y fuerza.