La anatomía de las serpientes es un tema amplio del que se puede escribir mucha información, ya que cada una de las especies es única y contiene interesantes peculiaridades que no se repiten en otros de sus parientes.
Varían mucho en longitud, grosor, color y características físicas. Una serpiente pitón es muy diferente a una cobra; una mamba negra es también muy distinta a una de cascabel. Todas estas variaciones tienen relación a su tipo de vida, a su hábitat, a las técnicas de captura y a sus antepasados.
La serpiente con mayor grosor es la anaconda verde, pero en longitud puede ser superada por la pitón reticulada.
La serpiente hilo de Barbados (Leptotyphlops carlae) es considerada hasta hoy una de las especies más pequeñas del mundo, sino es que la más pequeña con sus apenas 10 cm de largo. La más gruesa y pesada es la anaconda verde (Eunectes murinus) con más de 200 kilos, pero en longitud puede ser superada por la pitón reticulada (Python reticulatus), quien alcanza los 7 metros de largo en los ejemplares más colosales.
Si ese dato te resulta sorprendente, existen registros de géneros cuyos exponentes eran ¡de más de 12 metros de largo! pero hoy en día están extintos. ¿Te imaginas encontrarte con algo así?
Sin duda dos de sus mayores notoriedades es la lengua bífida y la piel escamosa que recubre cada centímetro de su cuerpo alargado. Esta piel rígida les permite deslizarse fluidamente por terrenos difíciles cubierto de piedras, arena o tierra y reducir la fricción. Mudan continuamente para reemplazar su cubierta desgastada, lo que sirve también para la eliminación de parásitos.
Continuando con la piel, no podemos olvidar mencionar la hermosa coloración que cada serpiente presenta. No importa si es de un tono uniforme o si contiene diseños circulares, franjas o manchas en forma de diamante, es una obra de arte natural que a los investigadores y a las personas que han tenido la oportunidad de verlas en vivo, los tiene fascinados. Verde, naranja, amarillo, negro, rojo, azul, marrón, blanco, crema y gris son parte del extenso abanico de colores que pueden conformar la piel de las serpientes.
Con la lengua bífida recogen partículas en el aire que les brindan información sobre lo que se encuentra a su alrededor.
Con la lengua recogen partículas en el aire que les brindan información sobre lo que se encuentra a su alrededor. Y por su parte, las escamas son muy efectivas para que detecten vibraciones en el suelo y les brinden un conocimiento más completo de la presa o amenaza que se aproxima. Ambas cualidades son fundamentales para cazar y sobrevivir en su ambiente natural lleno de peligros.
Los colmillos o dientes afilados son parte importante de la anatomía de una serpiente, sin importar si es venenosa o constrictora. Varían en longitud pero todas producen dolor. Las constrictoras las usan para efectuar mordidas a sus enemigos y las venenosas, por supuesto, las utilizan para inyectar su peligroso veneno.
Las especies constrictoras poseen cuerpos gruesos y muy musculosos, capaces de triturar los huesos de un ciervo o un caimán. Sus flexibles mandíbulas tienen cabida para abrirse a tal grado de engullir a su presa, que puede ser desde un roedor hasta un caimán, ciervo o tortuga terrestre, sin despedazarlo ni masticarlo, sino totalmente entero.
La forma de la cabeza es otra parte de la anatomía de estos reptiles de la que se han creado varios artículos de investigación. Por mencionar algunos ejemplos tenemos a las conocidas cobras. Ellas poseen una especie de “capucha” que se levanta en la parte superior de su cabeza y la utilizan cuando se sienten amenazadas para verse más grandes e intimidantes. En la parte de atrás tienen un diseño con manchas circulares y líneas curvas que varían dependiendo del tipo de cobra.
Las serpientes de cascabel tienen un diseño redondeado del que resaltan los ojos. El diseño escamoso que contornea sus globos oculares les da un aspecto de “mal genio” e incluso les da la forma de dos cuernos delgados. Como último ejemplo mencionaremos a la boa constrictora y su gran cabeza en forma de flecha. Son delgadas en la punta y más anchas detrás de los ojos, pero se vuelve a reducir el grosor conforme se aproxima al resto del cuerpo.
Un cascabel está formado por discos huecos de queratina que al agitarse producen sonido.
La cola de todas las serpientes es la parte más delgada del cuerpo y casi siempre suele pasar desapercibida, pero si nos referimos a la serpiente de cascabel esto tiene otro valor. Este género contiene discos huecos hechos de queratina que al agitarse producen un sonido muy similar al de una sonaja. Es algo realmente fascinante e incluso útil para los seres humanos y otros animales, pues esa resonancia sirve para permanecer alerta y tomar precauciones.
Serpientes marinas
También las pertenecientes a la subfamilia Hydrophiinae varían en tamaño y en coloración. Son preciosas; algunas presentan franjas delgadas por todo el cuerpo como la Laticauda colubrina y otras son de un color uniforme en la parte superior, portando en la zona inferior otro color vivo, brillante y muy contrastante como la serpiente marina amarilla (Pelamis platurus) quien luce una cola aplanada con forma de remo ideal para un movimiento ligero.
Miden entre 1.20 y 3.0 metros de largo y su cuerpo está totalmente diseñado para sobrevivir en su ambiente acuático. Algunas salen a tierra por cortos lapsos de tiempo y se vuelven indefensas, pero dentro del mar presentan gran agilidad y tiene la capacidad de realizar inmersiones prolongadas.