Las serpientes tienen gran presencia a nivel global. Están distribuidas por gran parte del mundo, exceptuando algunas regiones subárticas, árticas y antárticas, así como algunas islas entre las que podemos mencionar Islandia.
Debido a las gélidas y hostiles temperaturas montañosas tampoco pueden vivir en altitudes alrededor de 4,900 metros. Como todos los reptiles, su anatomía y “sangre fría” no les permiten sobrevivir en ambientes de frío extremo, por lo que la mayor parte de su población se concentra en regiones tropicales y subtropicales. Solo algunas sí logran adaptarse a ciertos sectores con bajas temperaturas sin llegar a la congelación.
África, América, Asia, y parte de Oceanía son hogares de las más de 3,000 especies de serpientes que hasta hoy se han registrado alrededor de nuestra superficie terrestre e incluso, dentro del agua. Las serpientes marinas son parte de la familia Elapidae pero pertenecen a la subfamilia Hydrophiinae, lo que las distingue del resto.
Regiones subárticas, árticas y antárticas, así como algunas islas carecen de serpientes.
En gran parte de África radica un número considerable de serpientes venenosas y constrictoras, consideradas de las más peligrosas en todo el mundo. Entre las venenosas podemos mencionar a la mamba negra (Dendroaspis polylepis), la mamba verde del Congo (Dendroaspis jamesoni) y la cobra de bosque (Naja melanoleuca); por el lado de las constrictoras tenemos a la pitón de Seba (Python sebae) y a la pitón de Angola (Python anchietae).
En América también existen serpientes que ocupan diferentes tipos de hábitats; desde ambientes secos y semiáridos, hasta selvas húmedas con lluvias muy frecuentes. La culebra oliva (Senticolis triaspis), la culebra parda de Kay (Storeria dekayi), la peligrosa Crotalus horridus, la serpiente cabeza de cobre (Agkistrodon contortrix) y algunas serpientes de coral (familia Elapidae) son solo algunos ejemplos de las tantas especies que se extienden desde Norteamérica hasta América del Sur.
El continente asiático no se queda atrás con sus hermosas pero peligrosas y letales serpientes. La muy famosa y enorme pitón reticulada (Python reticulatus), la Boa de Whitaker (Eryx whitakeri) y la boa Gongylophis conicus son tres de las representantes de las constrictoras en dicho continente. La muy venenosa víbora de Russell (Daboia russelii), la cobra india (Naja naja) y la krait con bandas de Taiwán (Bungarus multicinctus) son ejemplos de serpientes que proporcionan mordeduras muy tóxicas.
Australia no es un país con numerosa cantidad de estos reptiles sin extremidades, pero puede presumir de conservar a la especie terrestre considerada como la más letal de todas: la taipán del interior (Oxyuranus microlepidotus), seguida por la taipán de la costa (Oxyuranus scutellatus) y la serpiente marrón oriental (Pseudonaja textilis), especie altamente peligrosa.
El hábitat de todas las serpientes es muy variado. Algunas de ellas se localizan en ambientes muy secos y desérticos, como las pertenecientes a la familia Crotalinae, mejor conocidas por su distinguido cascabel; otras se adentran a las misteriosas y húmedas selvas de Venezuela o Brasil como las anacondas.
La coloración de la piel de las serpientes muchas veces las ayuda a camuflarse dentro de su hábitat natural. Las ejemplares desérticas suelen ser de tonos marrones o naranjas para combinarse con los suelos arenosos, y por otro lado, algunas tropicales son de color verde o marrón para perderse entre los árboles o lugares cubiertos de pasto y tierra. Es increíble observar cómo la misma naturaleza las “equipa” para sobrevivir en su entorno salvaje.
Las zonas pantanosas, praderas, graneros, bosques, campos abiertos, zonas rocosas y espacios cercanos a cuerpos de agua también forman parte de los paisajes que reúnen gran diversidad de serpientes tanto venenosas como no venenosas.
Australia conserva a la especie terrestre considerada como la más letal de todas.
La destrucción de áreas verdes para el desarrollo urbano es la amenaza más preocupante para el futuro de estos reptiles. Son animales un tanto mal comprendidos y mal valorados, ya que para mucha gente el hecho de que sus poblaciones se reduzcan, es una tranquilidad para el bienestar de sus familias. Una serpiente es sinónimo de peligro y muerte, cuando la realidad es que no dedican su tiempo a buscar seres humanos y solo atacan cuando se sienten amenazadas.
Cuando encontramos a alguna de ellas en nuestra casa u oficina, podemos pensar en ese momento en ¿cómo llegó hasta aquí? o ¿qué hace una serpiente en este lugar? Pero si pensamos en que años atrás ese lugar en el que estamos era parte de un bosque, una pradera o una selva baja, podemos nosotros mismos contestarnos tales preguntas.
Serpientes marinas
Las serpientes marinas abundan en las aguas tropicales de los océanos Índico y Pacífico.
Su mayor distribución se concentra en las aguas tropicales de los océanos Índico y Pacífico. Sudáfrica, la India, Madagascar, Sri Lanka, Taiwán, Indonesia, Tailandia, Japón, Papúa Nueva Guinea y Australia, por mencionar los principales, son naciones cuyos mares albergan gran número de serpientes marinas, algunas de ellas consideradas con un potente veneno que incluso supera a muchas terrestres venenosas.
Permanecen en aguas poco profundas cerca de las costas, alrededor de islas, cerca de estuarios y de ríos, así como en manglares y cuerpos de agua dulce.